Upgrade(2018), nos encontramos ante el segundo largometraje del actor, guionista y director Leigh Whannell (el primero fue Insidious: Capítulo 3). Upgrade significa actualizar, mejorar. ¿Es eso realmente lo que le ocurre al protagonista de este filme?
¡Jesús! Parece que, en lo que se refiere a defensa personal, sí ha conseguido subir de nivel. Por cierto, el protagonista es Logan Marshall-Green y se da un aire con Tom Hardy. Cuento un poco el argumento. Resulta que el personaje principal de esta historia (Grey Trace) vive en un futuro cercano en el que la tecnología lo domina casi todo, siendo él mismo un tipo al que no le cae muy bien todo eso de que lo tecnológico esté presente en cualquier aspecto de la vida. Sin embargo, bajo la premisa de todas las películas de vengadores justicieros, es decir, una panda de malotes asesina a su esposa y le deja a él parapléjico, se somete a una operación en la que le implantan un chip en la columna que le convertirá en una máquina de luchar. Lo gracioso aquí es que él tiene la opción de permitir o no al chip que tome el control. Y cuando lo hace, cuando deja las cosas en manos del cerebro de la máquina, su cara puede mostrar la sorpresa que significa ver todo lo que hacen sus brazos y piernas mientras él parece un simple espectador. Esos movimientos de cámara ya suponen algo interesante para los amantes de la acción. Tal vez, la película se convierta en todo un acontecimiento. ¿Quién sabe?
Para terminar, nombro algunas series para la televisión y largometrajes que trataron un tema parecido:
- The Six Million Dollar Man (1973-1978),
- The Bionic Woman (1976),
- Hands of Steel (1986),
- RoboCop (1987).